domingo, 26 de octubre de 2014

Poesía

Poesía es disfraz,
es engaño,
es decir las cosas intentando no hacernos daño,
es un juego.
Son palabras que fluyen,
se deslizan,
líquidas,
del pensamiento al papel.
Es un torrente de varios colores
y un espejo de lago.
Es volcán y terremoto y hielo congelado.
Es amor y pasión,
tristeza y desengaño,
desesperación,
ancla,
puerto,
vida y muerte,
luz y dolor.
Es todo y nada a la vez.
Es dulce voz y hermosa escritura,
es triste canto.
Escapa de nosotros
de vez en cuando.
Es algo maravilloso y terrible,
es algo humano.

domingo, 12 de octubre de 2014

Fiesta

Lentamente cae la noche,
pero tú no estás.

Hoy dejaré de buscarte.
Iré con los amigos a cualquier sitio,
invitaré a una chica a bailar,
beberé como si no hubiera mañana,
y reiré sin parar.
Intentaré ligar,
el éxito, la verdad,
me da igual.
Pero sé que cuando vuelva a mi casa
y apoye mi cabeza contra la almohada,
no seré feliz,
no sentiré nada.
Un amargo vacío en mi alma,
el sabor de tus labios en los míos,
una sola lágrima salada,
y una triste canción,
atascada,
en mi garganta.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Creatividad

Hace unos días un profesor de Filosofía nos preguntó a un grupo de jóvenes: ¿Cuál creéis que es el problema de la juventud actual? Nosotros dimos varias respuestas, cada cual la suya propia. El profesor nos sonrió y fuimos repasando cada respuesta. Cada una tenía su parte de verdad. Por último nos explicó cómo veía él las cosas. Según él, nuestro problema es la falta de vitalidad, de vida interior. No tenemos nada que decir, somos pura exterioridad, fomentada en parte por las redes sociales.

Otro día hablando con una filosofa, últimamente dedicada a reflexionar sobre la educación, nos comentaba la contradicción que existe entre educación y mercado laboral. En el mercado laboral las empresas buscan gente creativa, que no se rijan por una mentalidad cuadriculada. ¿Cuál es la respuesta del sistema educativo? Ninguna. En los colegios se nos enseña de manera rígida e inflexible a desarrollar una mentalidad lógico-matemática; quién no la tenga ya se puede ir preparando que las pasará canutas.


Así pues parece que soy parte de una generación a destinada a fracasar. Nuestro entorno y nuestra educación han conspirado contra nosotros para hacernos estúpidos e hipócritas. Por favor, que nadie crea esto. No sé si podremos cambiar el sistema educativo, pero ese no es mi objetivo. El profesor que mencioné antes nos dijo que la clave era cultivar un “pastito” interior. Hacía referencia a esta viñeta de Mafalda:


¿Cómo cultivarlo? Pensando, leyendo y escribiendo. Pensando, porque hay que reflexionar sobre tu vida; porque si no, andas a tontas y a locas, y cuando te paras a pensar tu vida no tiene sentido. Leyendo, porque la lectura nos abre mundos nuevos. Escribiendo, porque nos ayuda a poner en claro nuestras reflexiones y a expresar lo que tenemos en nuestro interior.

Y por último hay que vivir. Él nos decía: “La persona que se cierra en sí misma y nunca sufre, jamás conseguirá ser creativa. Para mí, lo peor que les pasa a los jóvenes de hoy en día es que se les da una vida hecha, una vida de segunda mano. Lo que realmente necesitan es vivir de primera mano, aunque cometan más errores, porque así se favorece la creatividad personal.”

Hay algo de verdad en que las redes sociales fomentan solo la apariencia y que el sistema educativo no es muy bueno. No obstante no echemos balones fuera, si queremos al culpable, solo tenemos que mirarnos en el espejo.

Somos una generación contradictoria. Hemos crecido en un mundo al que las tecnologías han transformado rápidamente, pero nosotros le seguimos el ritmo. Manejamos con soltura herramientas por las que hace décadas mataría mucha gente. Tenemos a nuestro alcance océanos de información. Y sin embargo nos falta creatividad. Nos falta a nosotros que hemos crecido con Harry Potter; a nosotros que conocemos la Tierra Media de cabo a rabo; a nosotros que hemos crecido con historias que nos han abierto este mundo y muchos más.

En fin, no sé si esta generación reaccionará, si saldremos de nuestro aturdimiento postmoderno. Solo espero que el optimismo gane la partida. Que podamos ver el lado bueno de las cosas, como diría Sam Gamyi:

“… pero estamos aquí, igual que en las grandes historias, señor Frodo, las que realmente importan, llenas de oscuridad y de constantes peligros, esas de las que no quieres saber el final, porque.. ¿Cómo van a acabar bien? ¿Cómo volverá el mundo a ser lo que era después de tanta maldad como ha sufrido? Pero al final, todo es pasajero como esta sombra. Incluso la oscuridad se acaba para dar paso a un nuevo día. Y cuando el sol brilla, brilla más radiante aún, esas son las historias que llegan al corazón, porque tienen mucho sentido aun cuando eres demasiado pequeño para entenderlas. Pero creo, señor Frodo, que ya lo entiendo. Ahora lo entiendo. Los protagonistas de esas historias se rendirían si quisieran pero no lo hacen. Siguen adelante. Porque todos luchan por algo.”

Paul Claudel, un poeta francés, dijo “No escuchéis a aquellos que os dicen que la juventud está hecha para divertirse. La juventud no está hecha para el placer, sino para el heroísmo.” Yo acepto, por mi parte, el reto.